Reseña aparecida en La Época, 13/7/1890, n.º 13.607, página 4.
Estaba escrito. Novelas cortas de Arturo Reyes.—Madrid, librería de F. Fé, 1890.
Un novel escritor malagueño se da á conocer en este libro, que comprende, además de la novelilla que le da nombre, otras dos, tituladas respectivamente Churrete é Idilio.
A juzgar por la muestra, el Sr. Reyes pertenece, si es fuerza clasificarlo, á los realistas y coloristas; sus escritos recuerdan los más salientes de estas escuelas, importadas de Francia (porque el añejo y clásico realismo español es otro, y sólo sabe cultivarlo Pereda), y ahora tan en boga en nuestro país.
Como es común á las producciones de esta naturaleza, el argumento no existe ó es simplicísimo en las tres novelas cortas, y el interés que despiertan se funda únicamente en las galas de estilo, y,—es justo reconocerlo,—en algunos toques de observación muy atinados.
Parece indudable que D. Arturo Reyes posea aptitud de novelista; escribe con brillantez, á veces excesiva, y con vigor; tiene estilo, y no malo seguramente; muestra tendencia algo más que á pintar, ó sea á analizar, y la inexperiencia que por todas las páginas del pequeño volumen en cuestión se extiende, y que da cierto tono pueril á alguna de ellas, es do los males que se curan con los años.
Precede á las novelitas un juicio de Salvador Rueda, que es más bien un canto apologético, que rebosa benevolencia,de éste, ya reputado, y muy bien reputado, escritor.
(Transcripción de Sara Peláez Pineda)
Estaba escrito. Novelas cortas de Arturo Reyes.—Madrid, librería de F. Fé, 1890.
Un novel escritor malagueño se da á conocer en este libro, que comprende, además de la novelilla que le da nombre, otras dos, tituladas respectivamente Churrete é Idilio.
A juzgar por la muestra, el Sr. Reyes pertenece, si es fuerza clasificarlo, á los realistas y coloristas; sus escritos recuerdan los más salientes de estas escuelas, importadas de Francia (porque el añejo y clásico realismo español es otro, y sólo sabe cultivarlo Pereda), y ahora tan en boga en nuestro país.
Como es común á las producciones de esta naturaleza, el argumento no existe ó es simplicísimo en las tres novelas cortas, y el interés que despiertan se funda únicamente en las galas de estilo, y,—es justo reconocerlo,—en algunos toques de observación muy atinados.
Parece indudable que D. Arturo Reyes posea aptitud de novelista; escribe con brillantez, á veces excesiva, y con vigor; tiene estilo, y no malo seguramente; muestra tendencia algo más que á pintar, ó sea á analizar, y la inexperiencia que por todas las páginas del pequeño volumen en cuestión se extiende, y que da cierto tono pueril á alguna de ellas, es do los males que se curan con los años.
Precede á las novelitas un juicio de Salvador Rueda, que es más bien un canto apologético, que rebosa benevolencia,de éste, ya reputado, y muy bien reputado, escritor.
(Transcripción de Sara Peláez Pineda)
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