Juventud
¡Oh, dulce juventud, quién no te ama;
quién cuando lo ha perdido no te llora;
quién tu luz esplendente, quién tu aurora
al llegar á la tarde no reclama!
quién cuando lo ha perdido no te llora;
quién tu luz esplendente, quién tu aurora
al llegar á la tarde no reclama!
Torna á mí ¡oh, juventud!, ven y derrama
de nuevo en mí tu luz deslumbradora;
ven, que mi triste corazón te adora;
ven, que mi triste corazón te llama.
de nuevo en mí tu luz deslumbradora;
ven, que mi triste corazón te adora;
ven, que mi triste corazón te llama.
Sienta yo en mí tu boca de rubíes,
tus dulcísimos labios carmesíes
tus dulcísimos labios carmesíes
cual pétalos de rosas en capullos.
¡Oh, boca de carmín, llena de olores;
oh; boca de carmín, llena de flores;
oh; boca de carmín llena de arrullos!
ARTURO REYES
0 comentarios:
Publicar un comentario