Nuestro muy querido amigo el popular novelista Arturo Reyes, cuando acaba de ser abrumado por la dolorosa pérdida del mayor de sus hijos, ha pasado por la nueva angustia de tener enferma de gravedad durante algún tiempo á su joven y bella esposa.
Afortunadamente, la dolencia de la señora de Reyes ha perdido su carácter de gravedad, entrando la paciente en franca convalecencia.
2 comentarios:
He leído en algún sitio que él sufrió mucho con la pérdida de su primogénito y parece ser que el niño murió en la casa donde vivían. Posteriormente pusieron el nombre de Arturo a esa calle y a él no le gustó porque le recordaba la pérdida de su querido hijo.
Hola, Pepa.
Este suelto me parece que es una muestra más del renombre que ganó Arturo Reyes en su época.
Muchísimas gracias por tu comentario.
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