El título denuncia la procedencia del libro que lo lleva, aunque para muchos, no conocedores de Málaga, resulta incomprensible, si no leen las páginas contenidas bajo la cubierta. El Bulto y la Coracha son dos lugares típicos de la hermosa capital andaluza; lo que en ellos se ofrece al público son tipos y costumbres característicos, admirablemente retratados por la pluma de un inspirado poeta, á la cual auxilia la penetración de un verdadero observador. Y viénese así en conocimiento de que el padre del libro es el autor de El Lagar de la Viñuela, porque nadie con Arturo Reyes puede competir en el retrato de aquellos tipos y en la pintura de aquellas costumbres.
Mientras traza las últimas páginas de su anunciada novela de costumbres marineras y mezcla los últimos colores en su paleta de colorista andaluz, Arturo Reyes, trabajador que no comprende la fatiga, espíritu inquieto que no reposa jamás, ha coleccionado, como por vía de entretenimiento, un puñado de originales cuentos y novelitas cortas, y los envía á las librerías madrileñas para que el público no se olvide de su nombre, aunque no es para olvidada la pluma que escribió Desde el surco y Cartucherita. Tal es Del Bulto á la Coracha.
Los cuentos recopilados en este volumen no son mejores ni peores que otros de Arturo Reyes, ya conocidos y aplaudidos. Son, como todos los suyos, retratos de costumbres malagueñas, llenas de vida y de alegría; algunos de ellos no son más que escenas, admirablemente sorprendidas, perfectamente observadas. Los personajes movidos en ellas son tipos humanos, con verdadera sangre andaluza en las venas. La observación del celebrado novelista, siempre feliz, campea en ellos con toda su penetración, sin ser Arturo Reyes retratista minucioso que fatigue con el detalle. En la mayoría de las veces bástale una pincelada para presentar un personaje.
De los diálogos de estos interesantes cuentos puede decirse lo que de todos los del autor de La Goletera. Ningún escritor andaluz contemporáneo ha llegado á dominar el lenguaje del pueblo de Andalucía como Arturo Reyes. En boca de sus personajes aparece siempre la frase pintoresca, característica, á veces enojosa y quizás de mal gusto, pero siempre exacta, y en la mayoría de los casos original y feliz, con sus deliciosas exageraciones y sus imágenes delicadas.
Los cuadros de color contenidos en el libro Del Bulto á la Coracha, muchos de los cuales pueden competir con la belleza y el vigor de la linea con los de García Ramos y Muñoz Lucena, serán saboreados con deleite por los aficionados á este género de literatura y elogiados justamente por todos, porque Arturo Reyes coloca con ellos un jalón más de honor en su carrera de escritor.
L.R
0 comentarios:
Publicar un comentario