viernes, 8 de febrero de 2013

Cielo azul




Nos hemos sentado á la mesa con los albos y finísimos manteles reservados para los suculentos banquetes del espíritu, y nos ha sido servido el mayestático condumio que supone la última novela del fecundo poeta y novelista andaluz Arturo Reyes.

Ahitos y empalagados por la bazofia nociva que á diario nos sirven los hosteleros del erotismo dominante en sus inmundos bodegones, con sus platos de latón y sus cucharas de palo de escoba, porque hasta el humilde  boj se resiste al acarreo de estas comidas que levantan el estómago, estos otros manjares sazonados con las sabrosas y sanas especias que el arte y el talento verdaderos brindan con prodigalidad nos saben á gloria, y después de una apacible digestión nos nutren el entendimiento y nos fortalecen el ánimo.

Cielo azul es una preciosa novela, acaso la mejor, la más pensada, la más sentida, la más cuidada que ha salido de la pintoresca pluma del laborioso vate andaluz, sin dejar de tener en cuenta, muy cariñosamente, su  primera y primorosa obra Cartucherita, que le abrió las puertas del templo de par en par.

La fábula y la trama de esta novela de Arturo Reyes son sencillísimas; pero los caracteres de sus tipos son de una firmeza brava, y estos tipos de una traza de robusta realidad y de un vigor vital imponderables.

Como todas las novelas del mismo autor, está cuidadosamente escrita y dialogada.

Estos diálogos, que quizá son el fundamento de la bondad literaria que tiene Cielo azul, están escritos con esa dicacidad privativa del pueblo malagueño que Arturo Reyes sabe reflejar con veracidad suprema.

Novelas como esta que nos ocupa ya pueden comprarse, leerse y conservarse...

Nosotros nos quedamos con la mesa puesta y muy bien dispuestos á devorar el próximo banquete, que no ha de hacerse esperar seguramente, porque hay pocos literatos tan trabajadores como este feliz novelista malagueño.

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