domingo, 10 de febrero de 2013

Reseña De Mis Parrales (V)




DE MIS PARRALES, cuentos andaluces
por Arturo Reyes.

La personalidad literaria. de D.Arturo Reyes nos os ya tan conocida, mejor dicho, tan familiar, que resultaría labor varia  y trabajo inútil tacto cuanto en loor suyo pudiéramos decir. Cada libro nuevo del poeta malagueño son unas páginas más que añade á sus anteriores publicaciones. En su última producción vemos los mismos personajes que en producciones pasadas. Y en las páginas de aquélla como en las páginas de éstas, nos deleitamos con el sutil y chispeante lenguaje de los tipos reales que el Sr. Reyes lleva á sus novelas; aspiramos el mismo aroma y lo mismo perfume que otras veces nos embriagaran; nuestra imaginación recorre, extasiada los frescos y lozanos campos andaluces, campos málagueño bañados de luz y llenos de flores, y sus mocitas pintureras, toda gracia y alegría, desale el moño hasta el pie, y sus mocitos juncales, valientes y enamorados algo presumidos y un tanto postineros, y sus viejos sentenciosos y sus  pescadores generosos, nos ponen de manifiesto, sin bastardos ni falsedades, el alma de la ciudad malagueña con todas sus grandezas, única finalidad del cantor andaluz que pone todas sus exquisiteces y muestra todos sus cuidados en presentamos como principal objeto .

«De mis parrales» es una colección de cuentos, que por no ofender á los que anteriormente han salido de la pluma del autor de «Carticherita» y de «Las de Pinto», creyéndoles más reales y á la vez con más naturalidad en el gracejo y en el donaire, sólo diremos que son dignos continuadores de los que en otras ocasiones sirvieron para deleitamos.

En los varios cuentos que componen el actual volumen, resaltan con fuerza las dos principales cualidades del novelista malagueño la vigorosidad de su prosa, toda su sencillez y de naturalidad, y el prodigioso y envidiable don del autor, que en dos rasgos poniendo relieve la psicología de sus personajes, mostrándonos sus caracteres, sus afectos y sus pasiones.

Y no es sólo esta condición la que hay que admirar en D. Arturo Reyes. Si no superior, por lo menos igual, creemos en él la condición (de observador; observador de tipos, observador de costumbres, observador de escenas, y á la vez fiel retratista de cuanto en su retina queda impresionado aunque los cuentos de D. Arturo Reyes, ofrecen diferentes aspectos, casi todos pudieramos llamarlos cuentos cite costumbres, mejor dicho; escenas de costumbre, pues más que cuentista creemos nosotros al Sr. Reyes un gran dialogador, sin que en la presente ocasión preténdanlos entrar en enojosas aclaraciones.

Aceptemos, pues, estos diálogos como cuentos, y al recorrer la vista por sus bellos páginas, admiremos cómo el autor refleja en todo la grandeza del alma malagueña, lo mismo en «El vendaval», que en La traición de Colmenares», cuentos ambos semejantes en su fondo, que «En la Venta del Tiznao», ó en «Hombres de bandera, fiel exposición de caracteres fiel retrato de bandoleros y contrabandistas, que en el sentimental y delicado  la sombra de un chaparro», narración que deja en nuestro animo la misma impresión de una alegría que pasa, o de una esperanza que muere.

Ponerse á desentrañar personaje por personaje, caracteres por caracteres, seria misión inútil. Los personajes de don Arturo Reyes, son siempre los mismos, son las mujeres apasionadas y sentimentales, que llevan la, alegría, en sus ojos negros, la esperanza en el pecho y el amor en él corazón; son los hombres orgullosos y altivos, en su sencillez misma, que para las, penas tienen
una, burla y para las crueldades una sonrisa, de ironía; son las viejas que no pronuncian dos palabras si no sacan á colación cuatro refranes, y los viejos ,que no dan un consejo ó no hacen una advertencia si no va precedida de unas cuantas sentencias marrulleras y solapadas, fiel y verdadero compendio de todo un Tratado de filosofía popular, son en fin los personajes reales que tratamos con quienes vivimos y los que tratamos con quienes vivimos y los que nos deleitan con su gracejo chispeante y ameno y su charla burlesca y zumbona.

Es para terminar, el último libro de D.Arturo Reyes un maravilloso libro, digno de todos los aplausos y digno de ser leído por los amantes de las buenas letras

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